El Sanatorio Durán también se ha convertido en el centro de numerosas leyendas urbanas sobre actividad paranormal
El Sanatorio Durán, en la provincia de Cartago, Costa Rica, es un sitio con una historia fascinante. Inicialmente concebido como un hospital para pacientes que padecían tuberculosis, hoy en día ha sido transformado en un parque recreativo.
El establecimiento, fundado en 1918 por el médico y político costarricense Carlos Durán Cartín, tuvo su origen en la preocupación del doctor Durán por encontrar una solución adecuada para tratar la tuberculosis, ya que el tratamiento de esta enfermedad era prácticamente inexistente en Costa Rica y Centroamérica en los inicios del siglo XX.
Impulsado por el deseo de encontrar la mejor cura para su propia hija, quien también sufrió de la enfermedad, el doctor Durán investigó exhaustivamente los avances médicos internacionales y eligió el prestigioso sanatorio Loomis en Liberty, Nueva York, dirigido por el eminente doctor Charles Loomis, para el tratamiento de su hija.
Posteriormente, por iniciativa del doctor Durán, el Congreso de la República aprobó la creación del Sanatorio Durán, ubicado en una finca en Potrero Cerrado de Oreamuno, Cartago. La elección del lugar se basó en criterios médicos, considerando la altitud, los vientos predominantes, la humedad del aire, la temperatura, las horas de sol y el acceso a agua potable, todos ellos factores que se creía beneficiarían a los pacientes con tuberculosis.
La construcción del hospital comenzó en 1915 y continuó con la adición de diversas etapas y estilos arquitectónicos a lo largo del tiempo, transformándolo en un complejo médico integral hasta su cierre como Sanatorio en 1972-1973.
Actualmente, el lugar es gestionado por la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios Costarricenses (UPA Nacional), que cultiva hortalizas en sus inmediaciones y utiliza parte del edificio para la realización de seminarios y reuniones.
Actividad paranormal
El Sanatorio Durán también se ha convertido en el centro de numerosas leyendas urbanas sobre actividad paranormal, algo común en construcciones antiguas con un pasado lleno de sufrimiento y fallecimientos. Se han relatado historias sobre la presencia de una monja fantasma que curaba a los enfermos en las noches y la aparición de dos religiosas fantasmas que cuidaban y consolaban a los pacientes. Además, visitantes aseguran haber sentido brisas frías y haber visto figuras misteriosas, como sombras, en diferentes partes del edificio.
En resumen, el Sanatorio Durán es un lugar de gran valor histórico y cultural, que pasó de ser un centro médico para el tratamiento de tuberculosis a convertirse en un parque recreativo con misteriosas leyendas que lo rodean, atrayendo a numerosos visitantes interesados en lo inexplicable.